LA POSTURA
por Beatriz Conte
Sentarse
sobre los isquiones, estar erguidos, ser simétricos
e iguales son algunas de las tantas reglas que se nos
imponen para, "tener de una buena postura",
ocasionándonos a veces más problemas que
soluciones.
Entonces, ¿en qué consiste una postura
correcta? Una postura correcta es aquella en donde cada
parte del cuerpo se relaciona armónicamente con
las demás, de modo de permitirnos una adecuada
adaptación al entorno a lo largo de nuestra vida.
Recapitulemos algunos conceptos.
La posición corporal depende, ante todo, de un
complejo sistema, porque estimamos que el hombre es
una entidad única e indivisible, no sólo
en el plano somático sino también a nivel
de las formas y funciones.
La actitud normal, como el hombre normal, son mera abstracción.
Construimos la postura gracias a la percepción
de sensaciones tales como la tensión ligamentaria,
el estiramiento muscular, el apoyo plantar, el desplazamiento
de los otolitos del oído interno, conformando
todos ellos el equilibrio mecánico, y, a la vez,
inducidos por el estímulo constante de la gravedad.
A este fondo viene a incorporarse una conducta afectiva
que nos singulariza en un modo de expresión y
en un comportamiento social. Queda así registrado
un esquema de actitud "natural" como única
representación mental de nuestro equilibrio.
Respondemos siempre a dicho patrón de actitud
porque nos sentimos confortablemente cómodos".
Por eso, condicionamos instintivamente nuestros mecanismos
automáticos de protección del dolor a
través de compensaciones salvaguardando así
las funciones esenciales. No obstante, este supuesto
bienestar muchas veces encierra patologías que
tarde o temprano se manifiestan con distintas sintomatologías.
La Reeducación Postural Global propone un enfoque
global del individuo, analizando las alteraciones en
su organización corporal y los síntomas
que padece. Enfoca la estructura músculo esquelética
-armazón de nuestro cuerpo-, por cuanto es ésta
la que influye y condiciona las funciones motrices y
perturba necesariamente la sensibilidad.
El hombre, como bípedo, consigue la proeza de
ponerse de pie gracias al desarrollo gradual de unos
músculos capaces de vencer la gravedad, llamados
músculos de la estática o tónicos.
Tienen la capacidad necesaria para cumplir con este
fin: son fibrosos, resistentes, poseen un tono de contracción
elevado y constante -aún en estado de reposo-,
pues tienen un sistema de autorregulación que
garantiza la estabilidad. Representan las dos terceras
partes de la musculatura total y se distribuyen en la
parte posterior de nuestro cuerpo desde la cabeza a
los pies para permitir la función erguida, y
en la parte anterior como suspensores de la caja toráxica,
manteniendo los órganos en posición correcta;
ambos, en caso de rigidez, evolucionan hacia la hipertonicidad
y pérdida de longitud.
Los músculos tónicos se organizan en cadenas
musculares, en donde cada músculo o grupo muscular
no es más que un eslabón de esa cadena,
conformando así un verdadero modelo de globalidad
funcional. Con el principio de globalidad consideramos
la cadena muscular como un solo músculo extendido
desde la cabeza hasta los pies, y enfatizamos la acción
integral flexibilizando la totalidad de la cadena, evitando
así todo trabajo segmentario de reeducación.
En síntesis, la Reeducación Postural Global
y el Stretcing Global Activo proponen en la práctica:
la globalidad de los estiramientos con participación
constante de la respiración, y precisos ajustes
articulares en posturas de alargamiento de las cadenas
musculares, respetando siempre la individualidad y la
unicidad del individuo.
* Kinesióloga. Especialista
en los métodos de RPG y SGA
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