YOGATERAPIA
APLICADA A LOS TRASTORNOS DEL ESTRES

por María Mamone

 

 


En la actualidad se sabe o intuye que la ausencia de enfermedad no significa necesariamente estar sano, que la salud pasa por todos los planos; el mental, el físico, el ambiental, el de relación con los demás, con uno mismo y con lo que cada uno crea como superior o espiritual.

Que estamos diciendo con esto? Simplemente que somos individuos, que funcionamos como una unidad indivisa, y si la ciencia nos dividió fue sólo para poder estudiar. No obstante esta división, ya desde principios del siglo XIX se comienza a hablar de la importancia de conservar la estabilidad del medio interno frente a los cambios que se produzcan en lo externo, sencillamente para no enfermarse; y ya en el siglo XX se le da nombre a este concepto y se lo llama "homeostasis"(equilibrio de un sistema). Ya en 1936 Selye es el primero que da forma a la explicación de lo que hoy denominamos estrés como "síndrome general de adaptación" para conservar el equilibrio, es decir, la salud.

Adaptación a qué? ... nos preguntamos. Adaptación a la civilización y sus códigos, a un estilo de vida en el que el organismo humano si bien sigue reaccionando como aquel de nuestro antecesor "el hombre primitivo" ya no logra la misma resolución y la misma descarga a la acumulación tensional, como lo hacia aquel hombre atacando o huyendo de una fiera o de un fenómeno de la naturaleza. La reacción de lucha o fuga se prepara de la misma manera, pero el agresor ya no tiene las mismas características, las más de las veces, ni siquiera es un objeto, persona o animal. Y aunque la amenaza se sienta con la misma intensidad los mecanismos de respuesta se han vuelto cada vez más sofisticados, claro está de acuerdo al medio en que nos movemos, la escala de valores que manejamos, la educación que recibimos, etc.

Resumiendo la descarga de la acumulación de tensión no ocurre en tiempo y forma, seguimos acumulando ....y se presenta otro estímulo ...y otro, entonces resistimos, pero como no cambiamos nuestra actitud, a veces porque ni siquiera nos damos cuenta lo que está ocurriendo, este mecanismo sigue su curso y llega un día en que comenzamos a sentirnos agotados, insomnes, aburridos, irritables, dejamos de comer o ingerimos todo lo que tenemos a mano, fumamos, nos sube la presión arterial, tenemos contracturas, etc., en definitiva estamos en presencia de alguna manifestación de este síndrome de adaptación, de este intento del organismo por recuperar su equilibrio... por estar sano.

Cómo podemos desactivar este círculo vicioso? Dijimos que los mecanismos de respuesta eran aprendidos, pues bien, si estos que estoy usando son nocivos, la clave está en la reeducación, en el aprendizaje de otros mecanismos beneficiosos. Hablamos de aprender a responder, ya que el estrés no se puede evitar como mecanismo porque esa búsqueda de equilibrio del organismo es lo que nos mantiene vivos, y en actividad, lo que debemos evitar es la acumulación de tensión, que en su impulso inicial nos da vitalidad y que si no descargamos adecuadamente se convierte en desgaste vital.

La clave está en la AUTORREGULACIÓN, en reconocer nuestro propio ritmo vital, nuestro ritmo de actividad y reposo, nuestro ritmo respiratorio, nuestra necesidad de alimento, de agua, de sueño, de caricias, etc., escuchar nuestro cuerpo y nuestras necesidades. El aporte de yogaterapia a este trastorno declarado epidemia del siglo XX por la OMS, tiene dos pilares fundamentales, la relajación profunda y la respiración plena.

Recuperar el patrón respiratorio completo, y cambiar el ritmo es fundamental para cambiar el estado emocional, y a partir de allí lograr una relajación profunda, donde el organismo comienza a lograr ese equilibrio del que hablábamos antes; paralelamente hay que desactivar la tensión acumulada muscularmente, y para eso se vale de las asanas o posturas de yoga que se adapten a cada patología producida como consecuencia del estrés; y como complemento indispensable, el masaje terapéutico actuando sobre las zonas contracturadas y contribuyendo a restaurar el equilibrio energético.