MASAJE. LA MEDICINA MÁS ANTIGUA





Se dice que el masaje es una acción instintiva: cuando los monos se prestan mutuos servicios en su aseo diario, los animales se lamen sus heridas o los hombres se frotan una articulación que les duele, están practicando el masaje.

Esta práctica está presente en todas las culturas a través de la historia. Hipócrates, el famoso médico griego, lo llamó anatripsis, y en otros autores lo vemos citado con palabras que significan igualmente fricción, manipulación, frotamiento, etc.

Pero la palabra "masaje" es relativamente nueva y acaso deriva de la palabra árabe masah, que significa frotar con la mano. En antiquísimos manuscritos chinos, indios y egipcios se documenta el uso del masaje para prevenir y sanar las enfermedades, así como para curar las heridas.

La mención más temprana que conocemos aparece en un libro chino fechado hacia el 2700 a.C. Dice así: "Friccionarse con la palma de la mano cada mañana, al levantarse, cuando la sangre y los humores están sosegados y quietos, protege de los resfriados, mantiene flexibles los órganos y evita pequeñas dolencias".

En las obras de la Antigüedad griega y latina se aconsejaba antes y después de hacer deporte, como alternativa al ejercicio físico en la convalecencia, después del baño y como terapia para dolencias tan diversas como la melancolía, el asma, los trastornos digestivos y la esterilidad.

El famoso médico imperial Galeno (131-210) decía: " las fricciones y los movimientos de las manos deben ser muy variados, pues en la medida de lo posible, las fibras musculares deberían frotarse en todas las direcciones".

Julio César recibía un masaje diario para aliviar su neuralgia y el escritor romano Plinio estaba tan agradecido a su masajista que solicitó para él del emperador el más preciado título: la ciudadanía romana.

Desde siempre se ha tenido en gran estima en la India el arte del masaje. Las madres se lo dan a sus bebés (shantala) y lo encontramos entre las técnicas citadas en los textos védicos Entre los siglos 18 y 19 el masaje adquirió popularidad en Europa gracias a la influencia del sueco Per Henrik Ling, quien difundió su técnica ( que incluye en su tratamiento la presión, fricción, vibración, percusión y rotación) por todo el continente.

Durante la primera guerra mundial se lo utilizó como terapia en los trastornos nerviosos y en la fatiga del combate. Es entonces que surgió la tendencia de utilizar aparatos eléctricos y fármacos, y el masaje manual quedó relegado a un papel secundario. Aún así, el tiempo se ha encargado de demostrar que no hay nada que substituya con ventaja a la mano del hombre.

En estos tiempos de inmensos avances tecnológicos, asistimos a una revalorización del masaje, quizá la medicina más antigua.

Fuente: "El libro completo del masaje" C. Marwell-Hudson, Ed. Everest, España, 1988