AUTOMÁTICOS

por Mariano Casas Di Nardo

 



automaticosNada funciona como debería funcionar afirma Toni, uno de los cinco adolescentes que le da forma y vida a la obra Automáticos. Y cuando las cosas no funcionan como su lógica lo requiere, la cuestión puede llegar a ser trágica. En este caso, la adolescencia se vuelve un traje difícil de vestir, la familia un karma imposible de tolerar y el amor un fin despreciable.

La obra es simple y exacta, y Daulte -para esta época ya considerado un dramaturgo de culto-, delinea las piezas por donde girará la trama con cinco personajes tan bien definidos como sombríos. Ellos integran al típico grupo de secundario que se junta para llevar a cabo el trabajo práctico de Ciencias Naturales que los llevará a una competencia internacional en Santiago de Chile. Pero la historia no hace mecha en la acción, sino en ellos, en donde conviven los paradigmas propios de los adolescentes actuales. A saber: Carol, una bella chica anoréxica que hace de su problema una banalidad; Fina, la desinteresada social que busca su debut sexual ante todo; Cristina, la nueva del grupo que hace de sus fracasos un mar de dudas; Toni, un líder de pocas luces que sólo basa el carisma en su estética y Omar, el perdedor al que las cosas le suceden de la peor manera. Cinco humanidades bien diferentes, cinco conflictos internos y un objetivo en común: destacarse en su colegio mediante el trabajo de grupo.

Tras descartar mil opciones, entre ellas, el característico terrario de bichos inofensivos, y luego de una ardua discusión por los factores climáticos que acosan a la región, los cinco concluyen en que la mejor idea es darle vida a los tres maniquíes que reposan en la habitación, mediante un sistema que los carga de energía y los hace hablar.

Con el recurso de fundidos negros para denotar el paso del tiempo, el argumento, de progresión lineal, va llevando al espectador hacia el desconcierto, lugar por el que Daulte camina con paso firme y explota de la mejor manera todas sus técnicas teatrales. Y en un buen juego de sonidos y efectos luminosos, explica que extrañas

tormentas de color granate se apoderan de la energía eléctrica de todos los artefactos y con ellos, los tres maniquíes que así cobran vida propia. Entonces, Pelirroja, Morocha y Brad Pitt, como los bautizan por sus características físicas, reflejarán de la forma más directa, la mediocridad que vienen mostrando desde el principio los cinco protagonistas.

Tantas pinceladas de humor negro como de drama social son las secuencias que enhebran esta historia, tan atemporal como actual.

Aunque Ludovico Di Santo sea el mayor referente, la obra descansa en la histriónica Pilar Gamboa en su rol de Cristina, la chica nueva del grupo; y en la sorprendente y patética Mora Guerra, en su decisivo papel de hermana de Omar. Igualmente ninguno desentona y aquí se ve la mano de Luciano Cáceres como co-director del enorme Daulte.

En síntesis, Automáticos es una obra que aborda los códigos del teatro de ciencia ficción para mostrar las miserias y las incongruencias humanas más cotidianas. Un guiño desde lo fantástico para dejar en evidencia lo que muchas veces se desdibuja en lo real.

AUTOMATICOS

Autor: Javier Daulte

Dirección: Javier Daulte y Luciano Cáceres.

Elenco: Ludovico Di Santo, Lorena Forte, Pilar Gamboa, Tamara Koper, Carolina Martin Ferro, Leticia Mazur, Verónica Mc Loughlin, William Prociuk y Ignacio Rodríguez de Anca.

Teatro Del Pueblo, Av. R. S. Peña 943. Tel: 4326-3606.

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