OSTEOPATÍA

por Celia Dayan




La osteopatía es una terapia con enfoque global y con una visión integral del hombre.

Se trabaja sobre la parte visceral, ósea, muscular, aponeurótica y también tenemos en cuenta a la persona como integridad emocional, psíquica, espiritual y física. Así como todo golpe emocional afecta nuestro cuerpo también un golpe o lesión física afecta al resto de nuestra persona.

El cuerpo siempre nos habla, registra nuestra historia y nuestro presente. El osteópata puede percibir a través de la palpación en qué estado se encuentra el paciente. Las herramientas de trabajo son nuestras manos y es a través de la sensibilidad táctil que percibimos y dialogamos con los tejidos. Ellos tienen un lenguaje y un ritmo propio al que llamamos "Mecanismo Respiratorio Primario".

Todos los huesos del cuerpo tienen un ritmo cíclico de expansión y vuelta al inicio y son períodos de actividad y descanso similares al de los órganos. Los órganos (hígado, estómago, etc.) tienen ritmos más lentos.

El eje central del trabajo es el cráneo y la columna que trabajan formando una unidad funcional. El occipital (uno de los huesos del cráneo) funciona sincrónicamente con el sacro así como los temporales (los huesos laterales del cráneo donde se aloja el oído) lo hacen con los ilíacos (huesos de la cadera).

Toda esta movilidad cráneo-sacral es transmitida al resto del cuerpo por medio de las fascias (membranas que se distribuyen por todo el cuerpo y transmiten este movimiento central, que se genera en el cráneo, a través de la circulación del líquido céfalo raquídeo y del tejido nervioso de sostén: la neuroglia).

El objetivo final del trabajo es desbloquear aquellas zonas restringidas y armonizarlas con el resto del organismo, devolviéndole al cuerpo su movimiento natural, inherente y propio.