REFLEXIONES ACERCA DEL TEATRO
por Luz María Werner
Hoy en día la atención esta puesta en
la cantidad de espectáculos teatrales que se
presentan en Buenos Aires. Variedad de, géneros
y precios pueden encontrarse en las diferentes salas
de la capital. Al margen de destacar y reflexionar respecto
de esta numerosidad, o de la rareza o no de las estéticas
del teatro "posmoderno", la idea es despegar
la atención de estos aspectos y hacer foco en
el hacer mismo: ¿qué es hacer teatro?
El teatro es una actividad que pertenece a lo extra cotidiano; esto quiere decir que es una experiencia en la vida de una persona que está por fuera de su espectro de acciones diarias, rutinarias, automáticas y que, por tanto, tienden a inscribir al individuo dentro de un circuito que, por si mismo, es necesariamente repetitivo y areflexivo.
Hacer teatro es romper el circuito,
es ampliar la percepción, es ponerse y poner
en escena frente a otros a ese mismo cuerpo, a esa misma
persona -que trabaja, come y duerme- en otro tiempo,
otra funcionalidad, otra lógica.
Hacer teatro además de la
experiencia en si misma de actuar, dirigir, iluminar,
y ser participe como espectador, es activar la conciencia
de que nada "es natural"; nada "es así"
y que "todo podría ser de otra manera",
porque ese hacer es deshacer una estructura encarnada.
Es una reapropiación del mundo.
Actualmente se piensa en la cantidad de espectáculos como en un maravilloso mercado de entretenimientos (lo cual es válido) pero también son una extraordinaria multiplicidad de metáforas; de posibilidades de lo real que vibran en el interior de lo cotidiano.