EMILE JAQUES - DALCROZE
por Juana Gargiulo *
Emile Jaques, hijo de padres suizos, nació en
Viena, Austria, el 6 julio de 1865.
Comenzó a estudiar piano a los seis años.
Cuando Emile tenía 10 años, sus padres
vuelven con él a Suiza y se radican en Ginebra.
Demuestra pasión por el teatro, por las letras
y por la música, componiendo su primera ópera,
"La Soubrette", a los 16 años.
A los 19 años va a París para estudiar
y es admitido para actuar en la "Comedia Francesa".
En 1886 viaja a Argel donde es nombrado segundo director
de orquesta en el teatro de dicha ciudad. De inmediato
se interioriza por las diversas posibilidades rítmicas
y métricas de la música tradicional árabe,
de la que es un entusiasta admirador.
En 1887 Emile acompaña a su padre a Viena y es
admitido en el Conservatorio de Música para perfeccionarse
en los cursos de órgano, composición y
piano.
Continuó sus estudios profesionales en París
con grandes maestros como Talbot, Fauré, Lavignac,
Marmontel, Lussy, Graedener, Prosnitz, Fuchs y Bruckner.
Desde joven reveló sus dotes de creador, produciendo
numerosas composiciones simultáneamente con su
actividad de cantante, lo que le valió renombre
en toda la suiza francesa.
Como por ese entonces había un cantor francés
también de apellido Jaques, un editor le sugirió
cambiar su nombre para diferenciarse. Es así
que agrega Dalcroze a su apellido original, formando
el apellido compuesto con el que trascendió.
Si
bien sus amigos y sus alumnos siguieron llamándolo
"Monsieur Jaques", a lo largo de toda su vida,
comenzó a ser conocido públicamente como
Dalcroze.
Inició su carrera docente en 1892, con un cargo
de profesor de armonía en el conservatorio de
Ginebra, Suiza.
Comenzó entonces a inventar una serie de ejercicios
para mitigar la carencia de musicalidad y arritmia que
encontró en sus alumnos y para procurar desarrollarles
el sentido auditivo y rítmico. Necesitó
un aula más grande, con espejos, hizo poner de
pie a sus alumnos, que estaban acostumbrados a trabajar
sentados y los hizo descalzar para que pudieran desplazarse
con comodidad al ritmo de las melodías que tocaba
al piano. Les hacía experimentar mediante ejercicios
que combinaban movimiento físico con audioperceptiva,
empleando el cuerpo como instrumento musical primario,
permitiendo controlar sus energías en el tiempo
y en el espacio.
Esta manera de enseñar el solfeo, a través
del movimiento corporal, era un tanto revolucionaria
para su época y le causó olas de desaprobación
en la honorable ciudad de Ginebra. Debió dejar
el Conservatorio pero no abandonó sus ideas,
desarrollando esta manera de trabajar en un método
que llamó "Gynmastique Rythmique",
y en 1906 publicó sus primeros volúmenes.
Puso en práctica estas investigaciones en su
escuela propia, realizando demostraciones públicas.
Atrajo así la atención del magnate alemán
Wolf Dohrn, quien veía en Jaques-Dalcroze al
líder ideal para la vida artística de
la comunidad que planeaba construir en Alemania, cerca
de Dresden, con las condiciones óptimas para
el trabajo, la salud, la educación y las artes.
La invitación representó una oportunidad
para la puesta en práctica y el desarrollo de
sus ideas y se trasladó a Alemania con su esposa
e hijo.
A partir de 1910, Jaques-Dalcroze sigue sus investigaciones
pedagógicas y artísticas en esa ciudad
jardín de Hellerau.
Con mucho éxito demostró sus teorías.
Arribaron artistas de todas las latitudes para experimentarlas.
Los músicos, actores, bailarines, psicólogos,
pedagogos, médicos y los más variados
artistas comenzaron a asistir a sus clases. La Ritmica
Dalcroze hacía un impacto importante en campos
más allá de la Educación Musical.
Pero
la Primera Guerra Mundial atentó precipitadamente
contra sus sueños.
Jaques-Dalcroze, convencido de que "el militarismo
es el enemigo de la civilización", firmó
la protesta de los artistas de la Suiza francesa contra
el bombardeo de Alemania a la Catedral de Reims. Debió
alejarse, volver a Ginebra, y las instalaciones fueron
ocupadas por el ejército.
En 1915 se inauguró el Instituto Jaques-Dalcroze,
en Ginebra, gracias a un Comité formado por ginebrinos
preocupados en retener al creador de la Rítmica.
Sus puertas aún hoy siguen abiertas, formando
profesionales que continúan su obra.
Emile Jaques-Dalcroze fue un compositor fructífero.
Compuso innumerables obras instrumentales, sinfonías
folklóricas, óperas, operetas, ballet,
coros de aldea y canciones con gestos para la infancia.
Ganó numerosos premios y honores trabajando como
profesor y compositor.
En 1935, al cumplir 70 años, fue homenajeado
de una manera memorable: se le regaló un libro
de oro con 10.500 firmas de sus alumnos,
dispersados por todo el mundo y que contribuyeron a
difundir sus enseñanzas las que se mantienen
aún vigentes.
Emile Jaques-Dalcroze falleció en Ginebra, el
1º de julio de 1950.
La filosofía dalcroziana
constituye una pedagogía global y creativa que
utiliza la Rítmica, la música, la improvisación,
los gestos y los movimientos naturales del cuerpo.
* Presidenta fundadora de AJDAR - Asociación
Jaques-Dalcroze Argentina de Rítmica
www.dalcrozeargentina.blogspot.com