PIEDAD
por Alejandro Zárate
Luego
de sus cinco espectáculos en estos diez años
de trabajo, el Teatro Sanitario de Operaciones sigue
buscando un lenguaje más teatral para sus realizaciones,
que se descubre a partir de su creación cuando
realizaron el seminario con La Fura del Baus, y que
los aleja de De la Guarda en ese aspecto formal.
En Piedad, directamente basan su argumento a través
de la mirada que hacen sobre la escultura de Miguel
Angel, y recrean la historia de esa crucifixión,
con esa madre y ese hijo que terminarán en la
famosa imagen.
Pero claro, esto no es teatro convencional, sino una
suma de artes escénicas que derrochan, sobre
todo, energía y creatividad. Actores sobre cuerdas
danzando sobre el público, otros caminando por
las paredes, algunas recitando a nuestro lado, todo
con un despliegue en el que tres parecen mucho más
mezclados con la gente que los acompaña y va
dejando paso para que se sucedan las acciones.
Agua y sábanas son los elementos más comunes
en esta puesta de Piedad (el fuego esta vez no tuvo
entrada después de Cromagnón), y una cantante
que acompaña todo el desarrollo y le va imprimiendo
a la tragedia una impronta maravillosa, por su voz y
por lo casi balcánico de la música.
Un espectáculo total: con proyecciones, escenas
de altura, montaje de estructuras en vivo, y una fuerza
arrolladora por parte del elenco que comanda Quique
López.
Piedad es una apuesta a un teatro de grandes aspiraciones
que pueden conformar a muchos y desalentar a quienes
solo quieren ver gente corriendo y colgadas de sogas.
Piedad
Centro Cultural Recoleta |