CUARTO CRECIENTE

por Alejandro Zarate



cuarto crecienteMás allá de la felicidad o desventura de las circunstancias que los rodean, los personajes parecen atrapados, presos en su inexorable humanidad. Si se fija la mirada en los dos mayores, la obra sería un permanente mirar atrás. MUNA quisiera vivir de nuevo una otra vida y es por eso que considera el suicidio como una posibilidad. Ve a la muerte como un borrón y cuenta nueva; ella quiere volver el tiempo atrás, el suicidio como un morir para volver a nacer. Mientras que EL BOMBERO ve en esa determinación, el quitarse la vida, el traspaso a una forma de vida diferente (enamorado de la última mirada de una mujer que se tiró a las vías del tren).

Si pensamos el escenario como representación del mundo (como en el Teatro Isabelino o Theatrum Mundi) Cuarto Creciente es la mirada sobre un mundo hecho pedazos. MUNA representaría a la mujer (es el único personaje femenino, aparte de la chica se suicida) Su casa se viene abajo: los muebles tristes, ajados...Las paredes. Una mujer que está ahí para atestiguar que la vida sucede, que todo se deteriora. Y EL BOMBERO que representa al hombre, el padre. Ellos representan a los padres de este mundo. Representan a ese Mundo Viejo, fundador pero descascarado.

Ahora, adentrando la vejez, buscan desesperadamente aferrarse a algo. A pesar del encuentro que se produce entre ellos, la posibilidad de crear un mundo nuevo (vida) fracasaría. Ellos descreen del amor ("Enamorarse es darle el permiso a alguien a que te arruine la vida de un momento a otro"...), sin embargo, se van juntos al baile. No por amor, simplemente se acompañan en el sentimiento de tristeza que tienen con su vida. Teniendo en cuenta la edad de estos dos personajes (pero sobretodo por la edad de ella), si finalmente hubiere amor o lo que fuera entre ellos, concebir (dar vida), les sería imposible.

Es cierto: MUNA ya tiene un hijo. Pero, ¿qué pasa? Por un lado se podría decir que los chicos representan al mundo nuevo que llega. ¿Un futuro gris, desesperanzado? La única esperanza de cambiar la historia estaría en manos de los dos jóvenes. DOS HOMBRES. Ese es el fin de la creación. Una idea de fin del mundo, como el antiparaíso con dos Adanes. Quizá sí haya amor, pero después de ahí, no hay nada.
El hombre del mundo nuevo que mira la luna, signado por la angustia de su incomprensible condición de ser humano.

Cuarto Creciente

Dramaturgia y Dirección
M. Flores Cárdenas

Con
A. Palmes G. Almada, O. Djeredjian y J. Grazide

El Camarín de las Musas
Mario Bravo 960 / Tel: 4862-0655

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