DOS FORMAS PARECIDAS Y DIFERENTES
DE SOLEDAD Y DESENCUENTRO
por Sonia Gonorazky
Buenos Aires es una ciudad prolífica en teatros y generosa en estrenos y funciones, lo que hace imposible cubrir en una mirada todas las opciones valiosas. Inauguro esta sección comentando dos obras que están en cartel hace tiempo y que tienen en común la temática de la soledad, las búsquedas personales para mitigarla y los desencuentros o desengaños que ocasionan, aunque se desarrollan con enfoques y procedimientos poéticos y de dramaturgia completamente distintos. "Open House", la obra de teatro que "nunca dejará de representarse, aunque el público no esté" acaba de cumplir cuatro años, y "La Residencia", estrenada a mitad de año, que ahora se representa en el Centro Cultural Recoleta, paseo que también nos invita a recorrer las exposiciones de arte y ferias en laszonas aledañas, o la exposición de Petorutti, en el Museo Nacional de Bellas Artes.
"Open House" es un auténtico tratado sobre la soledad y la incomunicación a la que suele estar asociada, una obra en la que no se define un relato, sino un desfile de testimonios que cada personaje (ninguno tiene nombre y apenas los identifica el programa por algún atributo: la chica del conejo, el chico del bigote, etc.) quiere compartir con el público solamente para escucharse hablar, compitiendo a veces por empuñar el micrófono y requerir la mirada del público.
Al no basarse en el orden narrativo, los demás elementos de la teatralidad adquieren una dimensión singular que el espectador atento no debe pasar por alto: profusión de gestos, de movimientos y poses mudas, colaterales, que componen una panorámica sobre la desolación resignada de cada uno de ellos.
El mensaje mas emocional que verbalizable de "Open House" se encuentra en lo que los actores expresan en sus movimientos de imperceptible coreografía, en los gestos y las reiteraciones, en la música y las canciones (vale la pena si se entiende el inglés, prestar atención a las letras), más que en el significado de las palabras que pronuncian.
En la escenografía se destaca imperturbable y sugestiva una fotocopiadora, síntesis gráfica de la multiplicación y el vaciamiento de los personajes. "Open House" es una creación sumamente interesante, pero que requiere mucha atención de los espectadores.
En cambio, "La Residencia" contiene una historia que puede narrarse sencilla y claramente. Trata de dos primas pueblerinas que se reúnen después de largo tiempo cuando la más joven, Paula, decide instalarse junto a la mayor, a quien admira profundamente, para iniciar su residencia médica en la ciudad siguiendo, según ella cree, los pasos de la otra.
La historia, que se inicia con los equívocos y molestias que esta decisión implica para ambas y se desarrolla en un único ambiente (el minúsculo departamento de un ambiente, devenido "residencia universitaria"), va cobrando profundidad a medida que la convivencia se prolonga y el idilio del encuentro se opaca.
Poco a poco vamos enterándonos que lo que piensa Paula de su prima tiene poco, tal vez ningún punto de contacto con la realidad, sino que refleja sus propias expectativas, sus propios deseos, el amor que ella siente por su prima y que al disfrazarlo para aligerar la imposible culpa de lo que no se puede nombrar, se deforma en dolorosas y paralizantes mezquindades.
Con buenas actuaciones y una ambientación escénica que anticipa la precariedad y el derrumbe, "La Residencia" muestra con valor esta metamorfosis y sus efectos dañinos sin apesadumbrar a los espectadores.