CANTEMOS JUNTOS
por Diego Lenger
¿Qué es un coro? ¿Hay una música específicamente coral? ¿Existe una filosofía de lo coral? Intentaré en breves líneas abordar estas cuestiones sin recurrir a definiciones de diccionario (tan inexactas, por poco abarcativas, como veremos) y, a la vez, sin emplear el vocabulario técnico musical; es decir, facilitando la comprensión de estos interrogantes a aquellos que nunca cantaron en coro, ni son músicos.
Un coro es un grupo de gente que canta. No alcanza con dos o tres voluntades, para que tengamos un coro debemos contar por lo menos con unas doce personas (si bien esto en muchos sitios -y en el diccionario musical- es considerado un doceto, un grupo vocal) y la intención de ser más en un futuro no lejano. Ahora bien: la hinchada de Boca, cuando "corea" sus éxitos, ¿es un coro? Una acepción muy amplia incluiría a esta formación (y a las demás) dentro de la definición. Una más estricta, como veremos, la excluiría, ya que se trata de una formación espontánea cuya intención no es juntarse a hacer música, sino funcionar como un "coro griego" qua va comentando las alternativas del partido, cantando al unísono (todos las mismas notas al mismo tiempo, salvo accidente). Paradoja: entonces, el coro griego, ¿no era un coro? Atendiendo a nuestra idea moderna de coro, no. ¿Cuál es esa idea moderna y cuán moderna es, cuándo surgió?
Los coros tal como los conocemos en la actualidad, tanto los coros de cámara como las grandes masas corales, son un invento del Romanticismo, o sea que no tienen más de doscientos años desde su origen. No es que antes no se hubieran escrito piezas corales: había ya casi mil años de polifonía (escritura a varias voces) y el coro era un instrumento de uso regular en la música litúrgica del cristianismo en todas sus vertientes; autores como Palestrina, Bach, Mozart, Händel y Vivaldi son un claro exponente de esto. También había existido una vasta tradición de polifonía profana desde el Renacimiento. Entonces, ¿no había acaso maestros que habían escrito obras corales? Esto, ¿no es un indicio de que existían las formaciones que cantaran todo este repertorio? Sí, existían, pero salvo escasas ocasiones, lo hacían siempre apoyados en un conjunto instrumental o un instrumento acompañante, como el laúd o el órgano. Una formación típica del Renacimiento: un grupo pequeño de cantantes (o un solo cantante) más una viola, un laúd o vihuela e instrumentos de viento, donde cada instrumento tocaba la parte escrita para una de las voces, es decir que "doblaban" a las voces cantadas. Esta práctica se llamaba "a cappella", tal como ahora se llama a la escritura vocal que no lleva acompañamiento instrumental. Esta manera de interpretar las obras vocales continuó en los siglos posteriores. También esta práctica es lo que permite que hoy esas obras se puedan cantar con grupos sin acompañamiento instrumental, y como suelen ser de fácil lectura y comprensión es muy frecuente ver a coros sin mucha experiencia haciendo música de la Corte de los Reyes Católicos (Por unos puertos arriba, Más vale trocar, etc.), o de la Inglaterra renacentista (esos madrigales llenos de fa, la, la, la). De hecho, hasta que comenzó a renovarse el repertorio coral hace unos veinte años, en la Argentina la mayoría de los coros hacían indefectiblemente música del Renacimiento y del Romanticismo.
En lo que hoy es Austria y Alemania, a comienzos del siglo XIX, surgieron las primeras asociaciones corales. Fue durante este período que surgieron los primeros coros "a cappella" (en el sentido actual de esta expresión: sin instrumentos).En un principio se trataba solo de coros masculinos. Zelter, el maestro de Felix Mendelssohn (1809-1847), fundó la Liedertafel, y este no es un dato menor, porque fue su alumno quien le dio un fuerte impulso a la música coral escribiendo una gran cantidad de Lieder (canciones) para ser interpretadas por coros mixtos a cappella. Otro dato importante es que estas canciones tenían una fuerte impronta de la música popular. Es la época en la que se inventa la palabra folklore, al influjo de las ideas nacionalistas. Las asociaciones corales florecieron velozmente en los países de habla alemana y en Inglaterra (donde existía desde el siglo anterior el antecedente de las Madrigal Societies y los Glee Clubs, pero eran solo para hombres), y los compositores se volcaron a escribir para coro sin acompañamiento (Schumann y Brahms quizás son los más célebres entre ellos). La Revolución Industrial fue un factor importante de este proceso, ya que en las ciudades industriales o portuarias de Europa (Londres, París, Barcelona, Bilbao, Milán, Hamburgo, Estocolmo, Praga) surgieron coros y asociaciones similares cuyos objetivos eran fomentar la camaradería y el canto coral y alejar a los obreros de las tabernas donde se "refrescaban" luego de doce o más horas de labor. Específicamente en Cataluña la primera Asociación Coral surgió, entre otras cosas, como medio para combatir el alcoholismo de los trabajadores.
En la Argentina la música coral llegó con la fuerte inmigración de las últimas décadas del siglo XIX. Los primeros coros y asociaciones corales eran de colectividades y algunos de ellos subsisten y ya cumplieron más de cien años. Pronto creció el número de coros en la pampa húmeda y en provincias como Misiones, Córdoba, Mendoza y Chubut.(los galeses fueron pioneros en la historia de la música coral argentina). A partir de 1940, con la fundación de los coros universitarios, la actividad se desarrolla más, y se puede hablar de una primera época dorada en la década del '60, con la realización de los festivales de coros universitarios de todo el país. Muchos de los directores de coros de la escena actual (y grupos como Les Luthiers) surgieron de los coros universitarios de esa época. Otro momento de explosión y crecimiento de los coros se vivió con el regreso a la democracia en 1983, cuando se produjo una importante renovación del repertorio, incorporándose el cancionero popular, no sólo el folklórico, sino también las canciones emblemáticas de los años de la dictadura (Como la cigarra, Inconsciente colectivo, Para la libertad, Solo le pido a Dios, etc.). En la actualidad se vive otro momento de crecimiento, ya que en los últimos años ha aumentado el número de coros, se han creado carreras de dirección coral en universidades de todo el país, y en general ha mejorado el nivel de los coros locales. Un problema grave sin embargo es el de la escasez de coros de niños, que son la base del movimiento coral. Los chicos argentinos, salvo raras excepciones, no saben cantar ni leer música, porque nadie les enseña.
Y entonces, ¿qué es la música coral? Es aquella que está escrita específicamente para coro, aunque también esta definición debería incluir a todo el repertorio de canciones populares que luego han sido adaptados a la escritura coral. Es muy interesante hacer notar que la absurda distinción entre música "clásica" o académica y música popular prácticamente no se observa en el ámbito coral; no porque no existan coros que hacen solo un tipo de repertorio, que los hay, sino porque la mayor parte de los directores dirigen indistintamente obras de todos los orígenes. Es muy frecuente observar en los conciertos o encuentros corales esta mixtura. Coros amateurs que cantan renacimiento español y luego una zamba o una canción popular latinoamericana; coros profesionales que alternan Romanticismo alemán con tangos de Piazzolla. O coros que hacen música específica de una época y lugar compartiendo el escenario con otros que cantan algo completamente distinto. Y este mismo espíritu de convivencia y armonía es el que reina en un coro. Por algo se dice que los coros fomentan la tolerancia, y hay quien cree que mejora la práctica democrática el canto coral.
Y acá estamos comenzando a responder la tercera pregunta del comienzo. ¿Hay una filosofía coral? Por lo menos existe una praxis coral: escuchar al otro en todo momento, tolerar las diferencias pero aspirar a un sonido homogéneo, actuar en equipo, tomar decisiones de manera democrática, compartir los beneficios y las pérdidas, no cortarse solos, cantar juntos.
* Diego Lenger
Diego Lenger es director de coro y cantante. Actualmente dirige el Coro Moreno, la Compañía Vocal de Cámara y el Coro de la Universidad Abierta Interamericana, y es Secretario de la Filial Ciudad de Buenos Aires de ADICORA (Asoc. de Directores de Coro de la Rep. Argentina)
CANTEMOS JUNTOS
por Diego Lenger
¿Qué es un coro? ¿Hay una música específicamente coral? ¿Existe una filosofía de lo coral? Intentaré en breves líneas abordar estas cuestiones sin recurrir a definiciones de diccionario (tan inexactas, por poco abarcativas, como veremos) y, a la vez, sin emplear el vocabulario técnico musical; es decir, facilitando la comprensión de estos interrogantes a aquellos que nunca cantaron en coro, ni son músicos.
Un coro es un grupo de gente que canta. No alcanza con dos o tres voluntades, para que tengamos un coro debemos contar por lo menos con unas doce personas (si bien esto en muchos sitios -y en el diccionario musical- es considerado un doceto, un grupo vocal) y la intención de ser más en un futuro no lejano. Ahora bien: la hinchada de Boca, cuando "corea" sus éxitos, ¿es un coro? Una acepción muy amplia incluiría a esta formación (y a las demás) dentro de la definición. Una más estricta, como veremos, la excluiría, ya que se trata de una formación espontánea cuya intención no es juntarse a hacer música, sino funcionar como un "coro griego" qua va comentando las alternativas del partido, cantando al unísono (todos las mismas notas al mismo tiempo, salvo accidente). Paradoja: entonces, el coro griego, ¿no era un coro? Atendiendo a nuestra idea moderna de coro, no. ¿Cuál es esa idea moderna y cuán moderna es, cuándo surgió?
Los coros tal como los conocemos en la actualidad, tanto los coros de cámara como las grandes masas corales, son un invento del Romanticismo, o sea que no tienen más de doscientos años desde su origen. No es que antes no se hubieran escrito piezas corales: había ya casi mil años de polifonía (escritura a varias voces) y el coro era un instrumento de uso regular en la música litúrgica del cristianismo en todas sus vertientes; autores como Palestrina, Bach, Mozart, Händel y Vivaldi son un claro exponente de esto. También había existido una vasta tradición de polifonía profana desde el Renacimiento. Entonces, ¿no había acaso maestros que habían escrito obras corales? Esto, ¿no es un indicio de que existían las formaciones que cantaran todo este repertorio? Sí, existían, pero salvo escasas ocasiones, lo hacían siempre apoyados en un conjunto instrumental o un instrumento acompañante, como el laúd o el órgano. Una formación típica del Renacimiento: un grupo pequeño de cantantes (o un solo cantante) más una viola, un laúd o vihuela e instrumentos de viento, donde cada instrumento tocaba la parte escrita para una de las voces, es decir que "doblaban" a las voces cantadas. Esta práctica se llamaba "a cappella", tal como ahora se llama a la escritura vocal que no lleva acompañamiento instrumental. Esta manera de interpretar las obras vocales continuó en los siglos posteriores. También esta práctica es lo que permite que hoy esas obras se puedan cantar con grupos sin acompañamiento instrumental, y como suelen ser de fácil lectura y comprensión es muy frecuente ver a coros sin mucha experiencia haciendo música de la Corte de los Reyes Católicos (Por unos puertos arriba, Más vale trocar, etc.), o de la Inglaterra renacentista (esos madrigales llenos de fa, la, la, la). De hecho, hasta que comenzó a renovarse el repertorio coral hace unos veinte años, en la Argentina la mayoría de los coros hacían indefectiblemente música del Renacimiento y del Romanticismo.
En lo que hoy es Austria y Alemania, a comienzos del siglo XIX, surgieron las primeras asociaciones corales. Fue durante este período que surgieron los primeros coros "a cappella" (en el sentido actual de esta expresión: sin instrumentos).En un principio se trataba solo de coros masculinos. Zelter, el maestro de Felix Mendelssohn (1809-1847), fundó la Liedertafel, y este no es un dato menor, porque fue su alumno quien le dio un fuerte impulso a la música coral escribiendo una gran cantidad de Lieder (canciones) para ser interpretadas por coros mixtos a cappella. Otro dato importante es que estas canciones tenían una fuerte impronta de la música popular. Es la época en la que se inventa la palabra folklore, al influjo de las ideas nacionalistas. Las asociaciones corales florecieron velozmente en los países de habla alemana y en Inglaterra (donde existía desde el siglo anterior el antecedente de las Madrigal Societies y los Glee Clubs, pero eran solo para hombres), y los compositores se volcaron a escribir para coro sin acompañamiento (Schumann y Brahms quizás son los más célebres entre ellos). La Revolución Industrial fue un factor importante de este proceso, ya que en las ciudades industriales o portuarias de Europa (Londres, París, Barcelona, Bilbao, Milán, Hamburgo, Estocolmo, Praga) surgieron coros y asociaciones similares cuyos objetivos eran fomentar la camaradería y el canto coral y alejar a los obreros de las tabernas donde se "refrescaban" luego de doce o más horas de labor. Específicamente en Cataluña la primera Asociación Coral surgió, entre otras cosas, como medio para combatir el alcoholismo de los trabajadores.
En la Argentina la música coral llegó con la fuerte inmigración de las últimas décadas del siglo XIX. Los primeros coros y asociaciones corales eran de colectividades y algunos de ellos subsisten y ya cumplieron más de cien años. Pronto creció el número de coros en la pampa húmeda y en provincias como Misiones, Córdoba, Mendoza y Chubut.(los galeses fueron pioneros en la historia de la música coral argentina). A partir de 1940, con la fundación de los coros universitarios, la actividad se desarrolla más, y se puede hablar de una primera época dorada en la década del '60, con la realización de los festivales de coros universitarios de todo el país. Muchos de los directores de coros de la escena actual (y grupos como Les Luthiers) surgieron de los coros universitarios de esa época. Otro momento de explosión y crecimiento de los coros se vivió con el regreso a la democracia en 1983, cuando se produjo una importante renovación del repertorio, incorporándose el cancionero popular, no sólo el folklórico, sino también las canciones emblemáticas de los años de la dictadura (Como la cigarra, Inconsciente colectivo, Para la libertad, Solo le pido a Dios, etc.). En la actualidad se vive otro momento de crecimiento, ya que en los últimos años ha aumentado el número de coros, se han creado carreras de dirección coral en universidades de todo el país, y en general ha mejorado el nivel de los coros locales. Un problema grave sin embargo es el de la escasez de coros de niños, que son la base del movimiento coral. Los chicos argentinos, salvo raras excepciones, no saben cantar ni leer música, porque nadie les enseña.
Y entonces, ¿qué es la música coral? Es aquella que está escrita específicamente para coro, aunque también esta definición debería incluir a todo el repertorio de canciones populares que luego han sido adaptados a la escritura coral. Es muy interesante hacer notar que la absurda distinción entre música "clásica" o académica y música popular prácticamente no se observa en el ámbito coral; no porque no existan coros que hacen solo un tipo de repertorio, que los hay, sino porque la mayor parte de los directores dirigen indistintamente obras de todos los orígenes. Es muy frecuente observar en los conciertos o encuentros corales esta mixtura. Coros amateurs que cantan renacimiento español y luego una zamba o una canción popular latinoamericana; coros profesionales que alternan Romanticismo alemán con tangos de Piazzolla. O coros que hacen música específica de una época y lugar compartiendo el escenario con otros que cantan algo completamente distinto. Y este mismo espíritu de convivencia y armonía es el que reina en un coro. Por algo se dice que los coros fomentan la tolerancia, y hay quien cree que mejora la práctica democrática el canto coral.
Y acá estamos comenzando a responder la tercera pregunta del comienzo. ¿Hay una filosofía coral? Por lo menos existe una praxis coral: escuchar al otro en todo momento, tolerar las diferencias pero aspirar a un sonido homogéneo, actuar en equipo, tomar decisiones de manera democrática, compartir los beneficios y las pérdidas, no cortarse solos, cantar juntos.
* Diego Lenger
Diego Lenger es director de coro y cantante. Actualmente dirige el Coro Moreno, la Compañía Vocal de Cámara y el Coro de la Universidad Abierta Interamericana, y es Secretario de la Filial Ciudad de Buenos Aires de ADICORA (Asoc. de Directores de Coro de la Rep. Argentina)