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MARÍA FUX. SABIDURÍA VIVA.
por Lele García
María
Fux entiende a la danza como un camino hacia la plenitud
de las potencialidades expresivas que toda persona posee.
Creadora de la danzaterapia, su trabajo es integrativo,
reuniendo en sus clases alumnos down, sordos, débiles
mentales, personas con dificultades de aislamiento, o
soledad, espásticos, ancianos, entre otros. Ha
viajado por todo el mundo llevando su mensaje de amor
y aceptación de los propios límites como
un punto de partida para decir " sí, puedo".
María habla con palabras cargadas de experiencia,
con una mirada que mantiene intacta a los ochenta años
su curiosidad y el asombro ante todo lo vivo: - desde
hace años, tengo la idea obsesiva de dejar algo
más que mi danza, ya que ésta se deshace
en el aire una vez finalizada. Esta necesidad nació
del vacío que siento al finalizar los recitales,
o al concluir los cursos en distintos países. Escuchar
ese vacío es lo que me ha impulsado a realizar
esto que es parte de mi vida, la danzaterapia, que constituye
un maravilloso puente para quienes buscan en el movimiento
una posibilidad de respuesta.
-
María, vos fuiste pionera en esto de integrar
en el movimiento a personas con capacidades diferentes…tuviste
que luchar mucho?
Todos somos diferentes y aceptando esa diferencia podemos
encontrar formas de comunicarnos con el cuerpo. Cuando
inicié este camino 50 años atrás
era absolutamente desconocido en nuestro país
y tuve que luchar pero con mis miedos, el no tener maestros
que me indicaran el camino. Encontrar en mi intuición
creativa puentes de contacto que me ayudaban a comprender
los miedos de los otros cuerpos y vincularlos en algo
que reúne a todos: las posibilidades del cuerpo
cuando está bien estimulado a través de
la música, la forma, el color, el silencio. Estos
estímulos los utilizo hace largo tiempo pero
fue un "abrirse camino al andar".
-
Vos tenés una gran conexión con los niños
también. ¿Qué le dirías
a un padre que dice: "eso no es danza" ?
No hay que defender nada, eso está. Mucha gente
cree que la danza es únicamente puntas, y no
comprenden que se necesita una continuidad en el tiempo
para ver los resultados. Hay un trabajo de comprensión
e investigación y de lucha por saber como es
el mundo. Los niños me han dado la clave de cómo
ir hacia ellos. Únicamente pensando qué
buscaba yo cuando tenía tres años: danzar
a mi manera. Y buscar el mundo de la Naturaleza, de
los colores y las formas. De una manera muy sencilla,
muy verdadera encontré el camino hacia ellos
despertando dentro de mí mis primeros tres años.
No hay que mentir, ni utilizar términos de la
TV o espectáculos, sino conectarlos con la poesía
que está en la vida, que ellos tienen; y hacerlos
sentir que son dueños de sus cuerpos para danzar
lo que sienten. Yo soy un puente, no enseño.
Creo en la unidad absoluta y la búsqueda de conocimiento
de quien soy como persona. El movimiento es mi maestro.
El silencio es mi maestro. La vida que me rodea con
tantas caídas como recuperaciones es mi maestra.
María Fux es de esos seres extraordinariamente
sensibles que tienen la posibilidad de sentir en su
propia fibra lo que está sucediendo alrededor.
En otro contexto cultural su lugar equivale al de la
maci, chamán o médium . Esa corriente
de vida por la que ella se deja atravesar trasciende
las formas y nos recuerda todo lo primordial. Ese soplo
expande su estela más allá de las palabras
y los métodos. Lo que queda es la experiencia.
La experiencia en sí no tiene un fin pragmático,
utilitario, y en ello reside su valor. Probablemente
sea lo único realmente revolucionario.
Libros Recomendados
Danza, experiencia de vida. Ed. Paidos.
Danzaterapia, Fragmentos de vida. Ed. Lumen
Consultá el árbol
genealógico de la Danza dell Siglo XX
MARÍA FUX. SABIDURÍA VIVA.
por Lele García
María
Fux entiende a la danza como un camino hacia la plenitud
de las potencialidades expresivas que toda persona posee.
Creadora de la danzaterapia, su trabajo es integrativo,
reuniendo en sus clases alumnos down, sordos, débiles
mentales, personas con dificultades de aislamiento, o
soledad, espásticos, ancianos, entre otros. Ha
viajado por todo el mundo llevando su mensaje de amor
y aceptación de los propios límites como
un punto de partida para decir " sí, puedo".
María habla con palabras cargadas de experiencia,
con una mirada que mantiene intacta a los ochenta años
su curiosidad y el asombro ante todo lo vivo: - desde
hace años, tengo la idea obsesiva de dejar algo
más que mi danza, ya que ésta se deshace
en el aire una vez finalizada. Esta necesidad nació
del vacío que siento al finalizar los recitales,
o al concluir los cursos en distintos países. Escuchar
ese vacío es lo que me ha impulsado a realizar
esto que es parte de mi vida, la danzaterapia, que constituye
un maravilloso puente para quienes buscan en el movimiento
una posibilidad de respuesta.
-
María, vos fuiste pionera en esto de integrar
en el movimiento a personas con capacidades diferentes…tuviste
que luchar mucho?
Todos somos diferentes y aceptando esa diferencia podemos
encontrar formas de comunicarnos con el cuerpo. Cuando
inicié este camino 50 años atrás
era absolutamente desconocido en nuestro país
y tuve que luchar pero con mis miedos, el no tener maestros
que me indicaran el camino. Encontrar en mi intuición
creativa puentes de contacto que me ayudaban a comprender
los miedos de los otros cuerpos y vincularlos en algo
que reúne a todos: las posibilidades del cuerpo
cuando está bien estimulado a través de
la música, la forma, el color, el silencio. Estos
estímulos los utilizo hace largo tiempo pero
fue un "abrirse camino al andar".
-
Vos tenés una gran conexión con los niños
también. ¿Qué le dirías
a un padre que dice: "eso no es danza" ?
No hay que defender nada, eso está. Mucha gente
cree que la danza es únicamente puntas, y no
comprenden que se necesita una continuidad en el tiempo
para ver los resultados. Hay un trabajo de comprensión
e investigación y de lucha por saber como es
el mundo. Los niños me han dado la clave de cómo
ir hacia ellos. Únicamente pensando qué
buscaba yo cuando tenía tres años: danzar
a mi manera. Y buscar el mundo de la Naturaleza, de
los colores y las formas. De una manera muy sencilla,
muy verdadera encontré el camino hacia ellos
despertando dentro de mí mis primeros tres años.
No hay que mentir, ni utilizar términos de la
TV o espectáculos, sino conectarlos con la poesía
que está en la vida, que ellos tienen; y hacerlos
sentir que son dueños de sus cuerpos para danzar
lo que sienten. Yo soy un puente, no enseño.
Creo en la unidad absoluta y la búsqueda de conocimiento
de quien soy como persona. El movimiento es mi maestro.
El silencio es mi maestro. La vida que me rodea con
tantas caídas como recuperaciones es mi maestra.
María Fux es de esos seres extraordinariamente sensibles que tienen la posibilidad de sentir en su propia fibra lo que está sucediendo alrededor. En otro contexto cultural su lugar equivale al de la maci, chamán o médium . Esa corriente de vida por la que ella se deja atravesar trasciende las formas y nos recuerda todo lo primordial. Ese soplo expande su estela más allá de las palabras y los métodos. Lo que queda es la experiencia. La experiencia en sí no tiene un fin pragmático, utilitario, y en ello reside su valor. Probablemente sea lo único realmente revolucionario.
Libros Recomendados
Danza, experiencia de vida. Ed. Paidos.
Danzaterapia, Fragmentos de vida. Ed. Lumen
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