UN PRIMER PASO HACIA LA MÚSICA CLÁSICA

por Carlos A. Rossi



No existen caminos rápidos ni ideales para la enseñanza seria de cualquier actividad vinculada con el arte.
Pero si lo que se busca es un acercamiento a la audición racional de la música clásica, una vez establecidas las fronteras y las aptitudes individuales de cada interesado, el trabajo se limitará a lograr una motivación de las expectativas y al análisis paciente y distendido de las obras eludiendo los tecnicismos que son solo importantes para otras finalidades.

Debemos reconocer que será necesario previamente tomar distancias de la herencia cultural de generaciones más conservadoras, que han creído que esto era solo posible si la aproximación y el acceso al arte se subordinaba a la exigencia -o adopción- de un aura de solemnidad debidamente acompañada de una exigente posesión de aptitudes intelectuales.

Este preconcepto significó para muchos abandonar precozmente el camino sencillo iniciado a través de la intuición, la imaginación y la emoción, que cada ser humano tiene a la mano, no importa cual sea su nivel de instrucción, para hacer o participar del arte de manera espontánea y desprejuiciada. Entender que el arte académico -por ponerle un nombre- está al alcance exclusivo de elites intelectuales es falso. Los grandes creadores de todas las artes trabajaron para nosotros, las personas comunes y las más grandes obras están expuestas para el goce y elevación cultural de toda la humanidad sin condicionamientos socioculturales que se interpongan a sus sentidos e interpretación. No debemos confundir el ejercicio de la inteligencia con el empaque exterior que adoptan algunos asistentes a las salas de concierto.

Generalmente no es otra cosa que una exhibición de posesiones no siempre en correlato con la sensibilidad y la ilustración. Pero este componente frívolo de la sala de concierto, también ha significado una barrera, en este caso social, para la aproximación de nosotros: las mayorías. Para ayudar a vencer estas inercias condicionantes y anacrónicas estoy redactando este artículo y en tal sentido voy a transcribir una definición, de extraordinaria profundidad en su aparente simpleza y sencillez, del libro: "La importancia de vivir" de Lin Yutang (1895-1976), escritor y filólogo chino "El arte es, a la vez, creación y recreo. De las dos ideas, creo que la más importante es la del arte como recreo, o como juego puro del espíritu humano.

Por mucho que aprecie todas las formas de la labor creadora inmortal, sea pintura o literatura, creo que el espíritu del verdadero arte puede hacerse más general y penetrar en la sociedad sólo cuando mucha gente goce del arte como pasatiempo, sin esperanzas de lograr la inmortalidad. Yo prefiero que todos los niños aprendan en la escuela a modelar arcilla, y todos los presidentes de bancos dibujen sus tarjetas de Navidad, por ridículos que sean sus intentos, y no que haya unos pocos artistas que trabajen en el arte como en una profesión.

Me gustan los filósofos aficionados, los poetas aficionados y los aviadores aficionados. Tanto placer me causa escuchar a un amigo que toca ni bien ni mal una sonatina de noche como escuchar un concertista profesional de primera clase. Y a todos encantan los magos aficionados, los amigos que nos divierten en casa, más que los magos profesionales en un escenario.

Por eso considero tan importante que la pintura china sea esencialmente el producto del pasatiempo de los sabios y no de artistas profesionales." Esta inteligente y luminosa definición -más bien una forma de entender el arte- promueve a la participación generalizada e intenta emanciparla de todo prejuicio. Lin Yutang, a través de su lúcida visión, estimula la apertura de criterios y ayuda a segregarlos de concepciones herméticas.

Hay arte en muchos lugares y acciones humanas expuesto a los sentidos y los sentimientos de quienes quieran percibirlo; no necesariamente deberá ser trascendente a la historia universal. Coexistimos con cotidianas expresiones de arte que enriquecen nuestra sensibilidad estética y favorecen el intercambio de sentimientos nobles y elevados. Solo necesitamos liberar esa sensibilidad para participar de ellas y ser generosos en el momento de hacer nuestro aporte.

Porque en todos nosotros hay una inextinguible posibilidad de crear que, en lo posible, debemos rescatar de la latencia. Y la música, en particular, tiene la facultad de estimular la recreación que no es otra cosa que una variante del acto creativo, que convierte al oyente en un coparticipante activo. Las muestras de arte simple y doméstico, generadas espontáneamente en la simpática conjunción de personas simples y amables, se corresponden con precisión al contenido filosófico de la definición de Lin Yutang.

Es a partir de conocer y reconocer que el arte es posible de ser percibido por cualquier persona, sea un analfabeto o un catedrático, que encontraremos la puerta de acceso y el camino desprejuiciado para su entendimiento. Si se ha entendido esta postura filosófica sobre el arte podremos iniciar sin tropiezos el camino para la profundización en el conocimiento que nos posibilite el goce intuitivo y también inteligente de las obras más complejas de los grandes creadores.